14 de Marzo de 2020. Después de unos días de noticias diarias en prensa sobre la situación de los países vecinos, goteo continuo del aumento de contagios que provocaba un situación en aquel momento de preocupación y agobio,... hace ahora un año empezaba el Estado de Alarma y el consiguiente confinamiento debido al coronavirus. Oficialmente el confinamiento comenzó el 14 de Marzo, pero nosotros lo empezamos un día antes, con el cierre de los colegios.
Curioso, pero en esos momentos estábamos en un nivel de contagios igual al que ahora -vueltas que da la vida- ansiamos llegar y, sin embargo, la sensación general de preocupación parece ser menor hoy en día.
En esta entrada hago un pequeño resumen fotográfico de lo que supusieron esos 2 meses largos de confinamiento en base a las imágenes que, un año después, a mí más lo recuerdan.
Comenzamos... algo que por aquel entonces yo pensaba que iba a ser cosa de un par de semanas y, de momento, aquí seguimos peleando con el dichoso virus.
En primer lugar, las medidas de higiene que se extremaron en muchos ámbitos: lavado de manos continuo, limpieza de la compra al llegar a casa, el descalzarse en la puerta antes de entrar a casa... pequeños gestos que antes serían impensables y que siguen presentes a día de hoy.
Comenzaba una época en el que surgía con fuerza un nuevo término que, ojalá aunque sea un poquito, haya llegado para quedarse: el teletrabajo.
Entre las muchas ventajas del teletrabajo, el poder usar el "uniforme confinamiento"... zapatillas y la ropa más cómoda que uno tuviese en casa. Ventajas, pero también inconvenientes, porque las zapatillas de la foto no aguantaron tantos kilómetros pasillo arriba - pasillo abajo :D
Uno de los recuerdos inolvidables de esta etapa será, sin duda alguna, el salir a la ventana a aplaudir a los sanitarios. Al ritmo del Resistiré. Cita obligatoria a las 18:00
Pero como no todo iba a ser trabajar y aplaudir, también había que ocupar los momentos de ocio. Había momentos para el ocio personal en los que la lectura y, sobre todo, los dispositivos electrónicos (las videoconferencias merecerían foto propia) eran los protagonistas.
En otros momentos, el ocio no se ocupaba con tareas individuales, sino que con tareas hechas en familia, uno de los momentos recordados con más cariño de estos días: juegos de mesa, yoga a partir de sesiones online, etc...
La repostería, una vez superada la escasez de levadura (junto con el papel higiénico los dos primeros grandes damnificados de la cuarentena :), también fue una gran terapia: tanto para hacer como para luego disfrutar de las galletas, bizcochos...
Evidentemente también ha habido momentos de más agobio, stress o bajón. Acostumbrados a comer fuera y comprar casi diariamente para las cenas, organizar un menú diario, en mi caso particular la organización de las comidas supuso un punto de stress. Sobre todo teniendo en cuenta que toda la compra se realizaba online y que, en los primeros momentos del confinamiento llegaron a tardar hasta 15 días en realizar la entrega. Este es el calendario semanal que hicimos en casa a base de post-its para tener más o menos organizado el tema.
A medida que iban pasando los días, el confinamiento se iba haciendo más y más pesado. Y recuerdo especialmente la envidia de los primeros paseos que se permitían dar a los propietarios de mascotas. Envidia, y en muchas ocasiones cabreos, pues lo que debería ser un paseo puntual para la mascota, alguno acabó convirtiéndolo en su vía de escape para salir a la calle cuando le apetecía (y que conste que no es el caso de la foto)
Envidia y cabreo que todavía se fueron haciendo mayores a medida que uno veía volar libres a los pájaros estando encerrado en casa y a medida que se acercaban los días buenos y los atardeceres llenos de color que sólo se podían fotografiar a través de la ventana.
En resumen, una época dura pero que creo que acabaremos recordando con ¿cariño? pues no sólo ha tenido sombras, que las ha tenido y muchas, sino también luz. Incertidumbre, miedo, preocupación por los seres queridos...han estado ahí presentes. Pero también ha habido convivencia, cariño, confidencias...
Y todo con un objetivo que en aquel momento se repetía machaconamente pero que no sé hasta que punto habremos logrado: el aislamiento necesario para romper las cadenas de trasmisión del virus.
Muchas más fotos se han quedado en el tintero, sobre todo familiares, pero estas son las que un año después a mi más me recuerdan este periodo de confinamiento. ¿Coincide al menos alguna de ellas con vuestra percepción?
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